No hay hielo que no se derrita,
ni fuego que no se apague,
un día te tuve y al día siguiente te perdí,
resonó tu voz cálida en la distancia,
el viento cada vez soplaba menos y
el eco de mi amor te buscaba en el encierro
de la habitación de la que partías,
quedo a mi lado la soledad y
detrás de mí transitaba nuestra historia,
tu sonrisa marchita se desvanecía en mi
mente y tu voz como un susurro desaparecía
en lo más profundo de mi corazón.
- Autor: Alex Mc (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de abril de 2018 a las 17:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: Adriana Lobatón Caller
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