Nadie sabe cuantas mujeres niñas
ni cuantas mujeres héroes
yacen enterradas en las cálidas
arenas de Chihuahua el desierto de Juárez
el número ha ido creciendo como nacimientos
han ido llenando el botal.
Tal vez nunca conozcamos
las muertes silenciosas que irrumpen
la sangre del corazón de esa ciudad transfronteriza.
Allí la sangre morena de sus mujeres mestizas
destiladas con agave vuelca la risa en llanto
y la suave caricia en certero tiro de gracia.
Ya el gobierno no las busca
las da por enterradas y por muertas,
dicen que el sol del desierto las evaporo
solo queda el almizcle de sus entrepiernas
rondando los viejos cabaret y moteles de muerte
que se apostan a lo largo del camino de vino.
Ellas están allí a la espera de la mano seductora;
están apostadas a la vera del camino.
Si, están mas allá del desierto mirando la desidia
mirando como todo lo come y carcome la envidia.
Son estatuas de arena y simiente caídas
pisoteadas, vilipendiadas, desmembradas,
humilladas, amagadas por el amor
y descuartizadas con odio.
Tienen el sello del capital de los hombres ricos
de los que viven en los extramuros
y usan túnicas de sedas y largas corbatas
para reuniones de negocios de las maquilas de almas.
Si son ellas la sombra de las guerreras
Xochimilcas que agudizan su canto
un silbido mas agudo que el viento del desierto.
Están allí para recordar que son hijas del
águila que se come la serpiente venenosa
y estarán allí aullando su canto mortuorio
que entonan mas allá del desierto.
Es el faro musical de las caídas, de las reinas mixtecas
que se quedaron en esqueletos para
vivificar los sueños de gloria y grandeza de los emporios.
- Autor: Kleber Exkart ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2018 a las 12:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
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