Sobre gustos todo se ha escrito.
Sobre colores disgustos.
Abanico de colores sobre la ensenada.
Una sucesión de gotas obra el milagro.
La soleada luz atraviesa el letargo
de una grávida nube que se descarga.
Asomada a la ventana ves el espectáculo.
Sentada en el alféizar saltas al vacío.
Estupefacto alza la vista el gentío
que acunan sus brazos cual receptáculo.
Cuando se acerca el súmun del abrazo
la maraña de tendones desaparece,
el duro adoquín sorprendido se adormece
para improvisar un postrero capazo
que impidiese el inevitable batacazo
que ni el mismísimo Newton impedir pudiese.
Tuviste suerte de prenderte a tiempo al arcoíris.
El garfio de tus aterciopelados dedos
sobre el color verde se cerró,
In extremis agarraste la esperanza del amor,
¡te pudiste salvar por los pelos!
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2018 a las 16:03
- Comentario del autor sobre el poema: El amor no entiende de colores ni de sabores, sí de olores.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: racsonando, María C.
Comentarios2
Como siempre amigo. Un excelente versar y puesta en escena de las delicias de un poema.
Complacido de leerte.
Abrazos, abrazos.
Me alegro de que hayas pasado un buen rato.
Abrazos también para ti Racso.
Corto, y muy acertado lo que has plasmado.
Un saludo cordial.
Me alegra verte de nuevo por aquí.
Saludos para ti Isis.
Siempre que mi escaso tiempo mañanero me lo permite entraré con placer
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