Enojada siento verte, amor, conmigo,
con razón será, tal vez me lo merezco,
si idiota no soy, a veces lo parezco
y puedo hacerte sufrir, siendo tu amigo.
No tendría que explicarte el sentimiento
doloroso de sufrir tu menosprecio,
aun merecido, quizás, por torpe o necio,
mas te juro que más cruel es el tormento
de sentir tu sufrimiento y tu amargura
y el saberme responsable del disgusto,
refinamiento le añade a mi tortura.
Conjurar pretendo yo a los cuatro vientos
para aventar cuanto pude hacer de injusto
y así borrar lo que hirió tus sentimientos.
© Xabier Abando, 10/10/2016
- Autor: Xabier Abando ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2018 a las 03:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 102
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Flor de otoño, Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios3
Si el hecho es real, lamento mucho todo lo que está ocurriendo!
Por lo demás, has desgranado unos brillantes versos para este soneto que -por decirlo de alguna manera- es un ruego para obtener el deseado perdón o disculpa!!
Me encantó, he disfrutado de su lectura!!
Un cordial y enorme abrazo!!!
Ciertamente, el hecho fue real, aunque también puntual. De esto hace ya tiempo y, sin más, pelillos a la mar, y aquí paz y después gloria, aunque las mujeres, ya se sabe, pueden perdonar pero no tanto olvidar, tan solo archivan. Estos versos se hicieron, como bien dices, para implorar su perdón y, si te han gustado, mucho me alegro.
Muchas gracas, Jorge, por tu estimulante comentario.
Un cordial abrazo
Xabier
Bella y elaborada forma de solicitar perdón, sobre todo teniendo en cuenta que ignorabas la causa de la ofensa, como suele ocurrir.
A veces, resulta que aclarando estas causas desaparece la ofensa.
Un abrazo, Xabier
La experiencia es un grado y se ve que la tienes, pues se te nota en estas materias versado. Muchas gracias por tus alabanzas y un abrazo.
Xabier
Quevedo. Sé que las comparaciones son odiosas pero no encuentro otro simil... espero que no te moleste mi osadia de compararte a insigne escritor.
Tú eres un genio y el poema es precioso.
Molestar, no, por supuesto. Al revés, te lo agradezco. Es un honor que mi estilo, quizá un pelín anticuado, te recuerde al gran Quevedo, aunque no hay comparación posible. Celebro que mis versos te gusten.
Un abrazo, amigo Ratia.
Xabier
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