Una joven rubia, bastante apañada, se estaba preparando para ser jefa. Todas las noches soñaba con su jefatura, eran sus sueños algo difusos y no conseguía distinguir con nitidez a quienes tenía de subordinados, aunque eso era lo de menos, la cuestión era mandar. Para alcanzar sus sueños, la chica estudiaba de sol a sol.
Un día su madre, al verla tan cansada de estudiar, al filo del desfallecimiento, le recomendó que saliese a dar un paseo, a lo que ella accedió de buen grado. Iba paseando por una céntrica avenida de Madrid cuando algo llamó su atención. Se detuvo frente al escaparate de un bazar chino y tuvo que frotarse los ojos un par de veces para cerciorarse de que su visión no era producto de su imaginación. Entró al establecimiento sin demora y un chino muy saleroso que había detras del mostrador la saludó cortésmente:
-¿Qué desea, señolita?
-estoy interesada en su oferta del escaparete, en concreto quiero llevarme el de ciencias políticas.
- Se lefiele usted al mástel, ¿no es cielto?
- Desde luego. ¿Qué precio tiene?
- El que usted me pide está en ofelta, también tengo tesis tiladas de plecio, doctolados que se los están llevando como lollitos de plimavela y lo ultimo que me ha llegado son estos diplomas de secletalia.
- ¿Por quien me toma? ¿Acaso tengo yo pinta de secretaria? Ya le dije a mi padrino, el del congreso, que no quería ser secretaria cuando me sirvió el puesto en bandeja. Le he pedido el máster de ciencias políticas, y rápido que tengo que ir invitando a mis amigas a la investidura.
- Vale, vale, señolita, no se moleste, es mi tlabajo mostlal todo el catálogo pol que no admitimos devoluciones. El que usted me pide cuesta 5 eulos y lleva de legalo 2 botes de clema antialugas.
- ¿Está usted insinuando que soy vieja? En cuanto tome posesión de mi cargo te deporto a Pekín. Bueno, no me entretenga más y póngame el máster ya.
El comerciante se retira un momento a la trastienda y regresa con un papel enrollado en un elástico y dos botes, lo coloca todo encima del mostrador, ella le paga y sale del comercio a toda prisa.
Camino a casa decide pasarse por un supermercado a comprar unas botellas de champán para celebrar con sus compañeros de partido la buenanueva, sin saber que en el probador de ropa del bazar había un miembro de su partido político que aspiraba al mismo cargo que ella, siendo testigo de excepción de la adquisición del máster top manta.
Ya en el supermercado, ebria de ansias de poder, se le ocurre descorchar una botella de champán antes de pasar por caja, y un reponedor muy profesional, al percatarse del flagrante delito, avisa al vigilante de seguridad, que la invita a acompañarle al confesionario, y una vez allí, el vigilante cierra la puerta tras de sí, quedándose los 2 a solas:
-¿Sería usted tan amable de mostrarme el bolso, señorita?-. La invita el vigilante.
- Por supuesto que sí-. Dice ella mientras abre el bolso.
-¿Y estos dos botes de crema facial? ¿Los ha abonado usted?
- Eso ya lo llevaba yo cuando he entrado en el super. Se los compré a un chino.
- Venga señora, no me venga a mí con cuentos chinos. ¿Lleva la factura?
- Por supuesto, déjeme que busque un momento por aquí- Dice ella, que tras escarbar un momento en su bolso, saca un papel y se lo entrega al vigilante.
- Veamos...¿Pero esto que es?- contesta él mientras echa un vistazo al documento- Aquí dice máster casa Lin, cualificaciones sin fin.
- Perdone, eso es otra cosa, traiga que ese documento es de vital importancia para mí. Debe usted comprender que estoy nerviosa. Ahora que lo recuerdo, el chino no me ha dado factura, siempre hacen lo mismo, con tal de ahorrarse el IVA, pero debe usted creerme.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2018 a las 10:30
- Comentario del autor sobre el poema: El caso de la señora Cifuentes da para dedicarle 4 sonetos encadenados. Lo que ocurre es que no sabía por donde empezar ni por donde coger la rima. Una trama de corrupción, espionaje y venganza mezcla de guion de Scorsese y tebeo de Mortadelo y Filemón que tiene al país conmocionado. En una España espoliada por la corrupción, los pobres no comeremos, pero y lo que nos reímos...
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
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