Mi nombre es Sharli, nacido en el Caribe pero de nacionalidad norteamericana. Multilingúe, con diplomado universitario, me considero de mente abierta y bastante progresivo. Me encanta viajar, conocer lugares exóticos, gente diferentes con costumbres que no sean iguales a las mías. Estaba visitando a Grecia y viajando por el Mar Egeo de isla en isla admirando los bellos paisajes, y deleitando mi paladar con las delicias griegas del mar.
Una tarde, al segundo día, estuve caminando por una playa en Mikonos, explorando esa bella isla griega no lejos de Santorini, zona de las Ciclades, me tropezé con una maravillosa e inesperada visión. Amigos lectores, honestamente les puedo que decir que lo que mis ojos vieron es muy difícil de describir. Ahí en la playa, a la orilla del mar ví una visió que me dejo anonadado, perplejo. Me quede inmóbil, petrificado al ver a la mujer más bella que ojos humanos hallan visto.
Al principio no sabía quien era, para mí era una ninfa del mar, parte de la mitología. Pero el quedarme paralizado me dejó observarla y enseguida me dí cuenta que era Anfitrite, una Nereida que más tarde de convirtió en la Diosa del Mar. Quién se iba a imaginar que yo, un simple humano me me encontrara con una verdadera Diosa.
Esta divina aparición estaba reposada boca abajo en la arena con sus bellos pies dirigidos as mar. Tenía puesto una trusa bikini multicolor que apenas le cubría sus magníficos senos y sus sensuales caderas. Esta diosa de mujer no solo me presentaba su cuerpo monumental sino que también tenía una cara angelical capaz de enloquecer a un pobre hombre como yo. Aunque sin habla e inmovilizado esta diosa me dejó muy excitado con una fuerte ereción. Sinceramente les digo que era una aparición sobrenatural.
Súbitamente sus ojos me miran dándose cuenta de mi gran excitación. Su dulce voz con un acento encantador me me explica que ella era Anfitrite, la Diosa del Mar, que estaba descansando en la playa para calentar su cuerpo con los granos de arena. Me pregunta con cara pícara, semi-sonriente, que es lo yo hacia ahí paralizado, sin habla y con mi órgano endurecido. En voz baja y con mucha pena le expliqué quien yo era y lo que ahí yo hacía. Le dije que mi dura lanza era una reacción física al amor que yo por ella sentía en mi corazón. Que jamás en mi vida había visto a una mujer como ella y que mi vida por siempre había cambiado
Su cintura se movió, sus interminables piernas se abrieron ligeramente, empinando hacia arriba su codiciado túnel de amor. Su preciosa cara mostraba un sentimiento de sensual placer, como una mujer en el momento del orgasmo. Ella me hablaba y explicaba que me daba dos opciones para seguir adelante con mi vida. La primera que siguiera caminando por la isla y que esta ilusión desaparecería por siempre, que yo a ella la olvidaría. Le pregunté cual era la otra ya que esa no me gustaba pues yo si ella no viviría. Satisfecha con mi respuesta me dijo que ella para mí tenía un plan. Y de pronto, en un instante me transformó en un grano de arena. Ahora estaré con ella pegado a su divino cuerpo dándole calor por una eternidad. La felicidad se la encuentra uno en el momento inesperado y la vida cambia en un instante.
- Autor: carlos zitro ( Offline)
- Publicado: 27 de abril de 2018 a las 12:48
- Comentario del autor sobre el poema: He decidido escribir un cuento corto en vez de publicar una poesía.
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 22
Comentarios1
Bastante interesante, muy buena la mitología y un gran uso de ella
Muchas gracias por el comentario. Tratare de mejorar con el próximo
Es muy bueno, la poco conocedora soy yo jejeje. Saludos!
Saludos y hasta la proxima
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