Ella se llamaba amor

Antonio Encinas Carranza

 

... y alumbraba con sus hermosos ojos

mis noches nubladas del gélido invierno,

y con su maravillosa sonrisa

cubría de calor y color

mis frías y desoladas tristezas.

 

Ella se llamaba dulzura

y en su pecho me cobijaba

y me abrigaba con su mágica ternura

que en su corazón habitaba

y que todo lo curaba.

 

De su amor surgió una gran pasión,

que invadía mis emociones

y desde mi esencia y mis afectos

brotaban los sentimientos más nobles

por su tierno amor y por su querer.


Como no haberla amado

si en su alma de mujer

habita un ángel de ilusiones

y en la inmensidad de mis sueños

ella vive entre mis versos más sublimes.

 

Antonio Encinas Carranza

 

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