mancha de pintalabios la copa,
me mira y se muerde la boca,
don gato, este es el trato,
juguemos a la guerra en mi cama,
¿y quien domina a esa gata?
¿será el alcohol?
¿o el humo que flota?,
se distorsionó la realidad,
solo recuerdo labios rojos como la sangre,
ojos verdes mirándome fijamente,
mientras que gritaba, dame más, dame más,
esa gata se volvió parda,
perdí mi alma y no la pude encontrar,
me dejó sus marcas en la espalda,
paseando otra noche más por esta gran ciudad
la pude encontrar,
esos ojos me volvieron a mirar,
sus labios sacaron una sonrisa,
iba con otro gato de uñas largas,
entre en el mismo bar de la otra vez,
volví a pedir lo de siempre,
un cigarro consumiéndose,
paso por mi lado diciendo: "eres mi presa",
dejando su inconfundible perfume,
me sentí como un ratón acorralado,
¿que te pasa don gato?, el espejo te habla,
ya es por la mañana, ¿no recuerdas nada?,
y perdí el rastro de esa gata,
que jámas pude olvidar.
- Autor: Don Gato (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de abril de 2018 a las 08:49
- Categoría: Amor
- Lecturas: 67
- Usuarios favoritos de este poema: Ágora, Violeta, José López Moreno.
Comentarios1
Hoy lo leó, me gustó y te dejo mi sonrisa y mi cordial saludo Don Gato.
Me alegra haberte podido sacar una sonrisa
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