El sol paró su rumbo con sangrientos labios
rozando las calmadas aguas estancadas en el ocaso
saboreando los olores de los mas suaves vientos
que recorrían el horizonte
susurrando a gritos mil caricias de sedas
cada paso, cada llanto es una huella en el mundo
borrando las marcas del sol
guiando a la brillante luna con sedientos vientos
arrancando las estrellas, amaneciendo con niebla
brújula de mi pecho rota
rota de rabia y odio.
- Autor: SrtOmbligo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2018 a las 16:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Julián_Rivero
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