¡Quiero Gritar!

Quiero gritar

y que nadie me escuche la voz,

sólo yo la escucharé,

sólo yo la escucharé,

sólo yo la escucharé..

La escucharé en la oquedad del viento,

y en el viento desolado,

en la ausencia del sosiego,

en el sosiego de mi aliento.

Quién atenderá mi llanto

que me oiga?

El que escucha el viento,

-contesta el teléfono-

el que escuha el corazón vendrá.

Aunque pasen los minutos,

-tiempo-

y los años,

y los años como minutos

y los minutos como años.

Yo sólo quiero escuchar mi grito palomamente,

un grito rebotado en las paredes,

las calles, robotado,

en los árboles,

rebotado en el viento,

cielo, rebotado.

Que rompa en silencio

silencio de mil años.

Que se una al grito de otro,

otra vacilando en el cielo.

Quiero escuchar la sonata de mi boca,

deslizandose en mi garganta,

batiendose con el aire nocturno

y sentir el velero de mi lengua, quiero.

Aunque hace calor,

la nostagia parece otoñal

y mi boca es un mar,

mi lengua un mar,

mi mirada un mar

Cuándo acabar este poema?

Cuándo esta canción?

Cuándo se podrá el Sol?

Se me cuela el repiro

en estopor.

Un adiós,

quizás un Hola y un Adiós.

                                                       Adiós

                                                             Au revoir

                                                                       Good bye.