Hay un hombre
no muy lejos de aquí,
que dice cantar
lo que se le antoja,
y va derramando,
de tinta, en las hojas,
de su vida coja,
su devenir.
Y como todos los que escriben
su verso, no más,
dice verdades a medias
y blasfemias veladas,
y entre letra y letra,
es una barbaridad,
tiene de día y de noche
su vida encerrada.
Cree en el más allá
y nunca lo ve,
y vive el más acá,
expiando señoras.
No le gusta perderse
en la actividad,
de los bares de alterne
que visita a deshoras.
Por cierto donde está
el hombre del bar,
por favor otra copa
que esta se acaba.
El humo del tabaco
me ayuda a pensar,
olvidé que hace años
que no fumaba.
De repente un ataque
de personalidad,
me invitaba a llamarte
a pesar de la rubia,
que orienta su escote
hacia mí y me saluda,
y me saca de la duda
marchándose sin más.
De vuelta a casa
en ese hotel,
donde todos los besos
son besos robados.
Al sofá de tres plazas
le hablo de usted,
yo lo miro, ahí tendido
y él se queda, callado.
- Autor: M.G.Ratia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de mayo de 2018 a las 06:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Ágora, Jorge Horacio Richino
Comentarios2
Muy bueno, tu ingenio afloró. Me mantuvo expectante tu poema. Saludo mi amigo
Es una historia cotidiana, como al paso, que acaba en un halo de melancolía con cierto toque irónico.
Como siempre Fabio gracias.
Profundo tu poema, querido amigo!!
Ya he leído más arriba que ha sido compuesto para ser canción, muy bella por cierto!
El silencio del sofá, tal vez esté en sintonía con los sentimientos del protagonista!!
Me encantó!!
Un enorme abrazo!!!
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