Un pensamiento, sin locas falacias se dirigen a tu nombre,
allí donde todo me es y no es, allí donde eres mía.
El recuerdo marchito, acaricia sin avaricia
el deseo perpetuo de que te entregues a mi.
Es superfluo pensar el por qué te amo,
es un sentimiento sin ganas, sin necesidad, sin voluntad.
Solo sé que una mirada, que una sonrisa, que una palabra
corrompieron el desquiciado y estúpido meollo de mi alma.
Es etérea la predelicción, no es en vano mi afección
No te miento al decirte que te quiero, que te amo.
Es un sentimiento puro, como una verdad, como una imaginación.
Mi corazón ademán de esperar de ti,
ese amor improbable.
Ese amor lejano, que alimenta mi terca alegría,
Que resiliencia mi ambición, mi afanes.
Te deseo,
Es admitir con ataraxia que necesito de ti
Que necesito recordarte, en cada instante.
Es sin voluntad,
es la limeréncia de mi cuerpo, de mi mente,
de mi corazón que te anhela de una forma inmarcesible.
Eres tú, la serendipia de mi vida,
lo que no quería, lo que ahora anhelo tanto.
- Autor: Manuel Salvador (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de mayo de 2018 a las 02:20
- Comentario del autor sobre el poema: ...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
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