Sufrir hasta sentir que el dolor forma parte de mí, y ya no detenerse... Es la frontera, aquí se paran ..., que quienes sienten ese dolor, el sudor y el sufrimiento, y saben que es insoportable, ya no cruzan la frontera.
Sufrir hasta que el dolor forma parte de mi, y seguir, cruzar la frontera, pagar el peaje..., y volar...
Porque mis pies ya no tocan el suelo, que mis brazos son alas de mariposa, y la música me lleva a lugares que nadie más puede ver, mis pies en puntas logran que mis dedos toquen el cielo, y la danza se hace velo, etérea, vaporosa luz...
Nada me detiene, y la música me hace el amor, orgasmo de nube, que conozco el país de la danza, lecho en que el ballet ama, como un trance que me separa del mundo de los mortales, exiliada en un paraiso... escenario por encima del mundo que mira, que no levita, que admira y aplaude, que no perdona, cruel...
Dolor, sangre, sudor, sacrificio, lágrimas y llagas, pero... Conozco el país de la danza, lecho en que el ballet ama y la música me hace el amor, orgasmo de nube. Así...
Y la cruel realidad de la danza.
Autora (MDC.R.P.)
- Autor: Aichi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de mayo de 2018 a las 16:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Shane Spielrein, larisadelesqueleto, Dreamss, Sinediè
Comentarios3
llorar en el éxtasis
por un momento de luz
después de los gritos
hermoso poema
Lo has entendido perfectamente larisadelesqueleto. Gracias.
Un saludo.
Mozart decia que
la danza es el sueño de los pies.
Queda claro que el no despertaba con la pesadilla de la realidad.
Pienso ahora con tu comentario que, grandes compositores no tenían ni idea de que sus obras iban
a ser bailadas, danzadas por bailarines clásicos. Y que por unos minutos de aplausos. La soledad del bailarín viene después. Con los pies ensangrentados, dolores, y sobre todo mucha soledad.
Tambien mucha dignidad
al haber bailado la vida
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