El cielo arde
Mis ojos extrañan
Mis ojos recopilan
Estos parajes de aventuras.
Volantines de colores,
Un juego de niño
Que pocos conocen,
Que muchos juegan...
Jugando en estos parajes,
En estos caminos de
Pueblos olvidados
Con su mar y selva.
Quiero ser parte del cielo
Para quemar el día entero,
Que llegue la noche y
Tomar vino en tarro.
Pero estos rumbos
no me dejan volar.
No respetan mi libertad...
Me atan a vagar.
Y que sí quiero caminar¡
De todos modos,
Tendré toda una muerte
Para recapacitar.
Más sin más,
ya estoy escuálida
Detenida en este rural
¡Que venga dios y me haga cambiar¡
Sí el no lo logra,
no creo que otro sea capaz.
siento ese pesar
De no poder parar.
Pero quiero conocer,
quiero crecer.
Y no de tamaño,
¿me entiendes?
Quiero avanzar
pero mi mente se limita
a estos caminos recorridos
y mal dirigidos.
Quizás de eso se trata,
de que no tengo llegada.
De que no hay que parar.
De que la muerte recién es un final
¿pero donde ha de parar?
sin llegada, seria la nada
y como estamos en este todo,
nunca volvería a llegar.
El cielo arde
y mis pies también.
El camino corre lejos
y mis pies también.
- Autor: Esmeralda Zamorano (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de mayo de 2018 a las 23:11
- Comentario del autor sobre el poema: Soy una viajera, siempre me pregunto... ¿Y por que sigo? Termino siempre en lugares diferentes, con parejes inigualables pero jamás llegó a donde voy Y es qué, estoy aquí para conocer mi alma, sin antes vivir en mi mente y poblar mi corazón... No sé, cuando llegue pero éste es un pequeño verso de lo que siento... Sin rimas, sin lamentos es un silenció de mis adentros.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 16
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