Al final.

Olvidarte me costó renunciar a mis sentimientos cada noche, me costó pesadillas donde reviví cada vez que te fuiste, soñé mil historias abrazándote y tomé la misma cantidad de cafés mientras te esperaba; muchas veces creí que nuestro amor vencería el tiempo, incluso, guardé las cenizas de nuestro amor por si algún día regresabas, pero, no fue así, entonces, se me acabaron las ganas de verte y empecé a soltarte; borré de mi mente la canción que te compuse, aunque el corazón me la recordaba a cada instante, dejé de escribir sobre ti, sin importar que mi tinta tenía tu esencia, enfrenté el miedo a estar sin ti, no dejando de guardarte un ladito en mi corazón, asumí que no eras para mí, pero eligiéndote cada día, hasta que un día me di cuenta que ya no podía recuperarte y tú no querías ser recuperado, que ni inventándome la mejor poesía del mundo lograría atraerte, planeé ir a verte, una infinidad de veces, pero recordé que ya no estaba en tu tiempo y fue ahí cuando, renuncié, y lo hice para siempre.

Y si la vida nos cruza de nuevo, vuelvo a renunciar, porque aunque fuimos un impulso con sentido, ya todo terminó.