Entonces la señora
le dijo al jardinero
que linda profesión siempre tranquilo
rodeado de tanto verde. El jardinero mirando
fijamente la pala gastada en su mano
soño de nuevo los cientos de heladas
sobre los tallos de las rosas,
las piedras en la huerta hiriendo la columna,
las gotas calientes del estío en su frente,
el sabor de avispas picando una mañana,
el cielo ausente en el cansancio,
sus pies entre la prisión de la goma de las botas y
la poca paga y
la soledad en ese bosque y
el día que la muerte solo fue otro
ventarron doliendo el cesped y sólo
logró balbucear que en este mediodía
de sol radiante
los pájaros copiaron el color de las flores
en su jardín.
- Autor: nipur (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de mayo de 2018 a las 12:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok., Dulce candor
Comentarios2
Dos visiones antagónicas, una pesimista y otra optimista. Una dualidad como la vida misma. Prefiero quedarme con la idea que el jardinero es el único capaz de sacar lo mejor de sí de cada flor que se cruza en su camino, con mucho cuidado, tenacidad y paciencia, haciendo frente a todas las adversidades del clima y de la vida. Que tengas muy buenas noches poeta...
Gracias por tu comentario.
Me gustó el modo que lo planteaste: así es la vida.
Perdón por la demora de mi respuesta .
Te envío un abrazo grande.
Nipur
Todos observamos el jardin con su color y frescura, sin ver el diario trabajo del jardinero, pero ambos completan ese lugar casi mágico.
Gracias Poeta. Paleornis.
Gracias a tí por tu acertado comentario y
por pasr por mi rinconcito.
Un saludo de amistad
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