Ninguna
Jurar que me lo dijo el gran Tonante
o el viejo Anselmo, contador de historias,
sería una falacia de tintes mitológicos.
Tampoco es un poema sino una confesión,
un deseo quizás... o la ilusión de un viejo
que apunta decidido contra la hoja en blanco.
Pero aquí está el testimonio
hiriendo a barbilucios poetas de salón:
Me gustan los negros como raza,
y más las negras para el amor;
me gustan porque son hermosas
como mi abuelo que tanto las odiaba.
Me gusta la risa de los negros
con su carga de nostalgias y blancura
como un chocar de olas
y ese misterio de selvas africanas,
porque pone la poesía en sus labios
y la magia a flor de piel.
No me hablen mal de los negros
ni de su imaginaria pereza.
Me gustan cuando oran,
cantan y bailan retorciéndose
como serpientes nocturnas
sobre un petate de estrellas.
Me gustan por su fortaleza,
por cruzar a través de los milenios
enfrentando la sevicia de los blancos
y otros animales igualmente feroces.
Que pervivan por siglos y prosperen
sobre todos los rincones del planeta,
que me quieran como yo los quiero,
y para eso, los seguiré queriendo.
Como afirmé al principio:
no es un poema sino una confesión,
sueño de quien vivió con ellos
y como negro con ellos trabajó;
negros que sí saben dónde habita
y canta el heraldo de la felicidad.
- Autor: 000 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de mayo de 2018 a las 12:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Ӈιρριε Ʋყє ☮
Comentarios2
Hermoso poema! Hermosa confesión. Gracias por compartirlo
Gracias a ti, Reyna, por tus palabras.
Recibe mi cordial saludo.
Tengo la tendencia a ponerme del lado de las minorías...
Abrazo, mi amigo
Igual yo. Pienso que las causas perdidas son las únicas dignas de defender. Las ganadas son para los arribistas, trepadores y emergentes. En el arte son pan de cada día.
Un abrazo como siempre, amigo.
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