Se han aquietado
todas las lumbreras,
ya ninguna enciende
el llamado
desde tu lejana aurora.
Se ha borrado
el largo camino curvo
que sostenía tus pasos
y tus blancas flores.
Me dejaste
al otro lado de la orilla
con mis sollozos apagados.
Ya mis ojos no dicen nada,
ya miran sin ver
los excelsos crepúsculos,
las mariposas azuladas.
Y la presencia diminuta
del petirrojo
no le habla a mi alma.
Me he mudado
en otra piel,
yo misma no me conozco.
¿Cuándo fue la última vez
que me encontraste?
¿Cuándo fue la vez primera
que me amaste?
Pasó como una estela de luz
todo eso que llamamos vida,
y sin tu amor
ya no existo.
Ingrid Zetterberg
Dedicado a mi amado Señor Jesucristo
De mi poemario "Por el valle de los aromas"
Año 2,012
Derechos reservados
en Safe Creative Cta. Nro. 1006080193112
- Autor: Ingrid Zetterberg B. ( Offline)
- Publicado: 17 de mayo de 2018 a las 04:05
- Categoría: Triste
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Claudio Batisti, María C.
Comentarios3
Hermoso poema!!
Todo está en él, la aurora, las flores blancas, el petirrojo y las mariposas azules, pero parece no estar todo completo.
Ojalá lo puedas llegar a completar!!
Espléndidos versos!!
Felicitaciones y un gran abrazo!!!
Gracias mi estimado Jorge por acompañarme entre mis versos y dejarme tan grata respuesta. Un abrazo grande.
Me dejaste al otro lado de la orilla
todo eso que llamamos vida,
¿Cuándo fue la vez primera que me amaste?
Que yo misma no me conozco.
Bellos versos de un amor que algún día se fue.
Con mucho cariño
JAVIER
Gracias Javier por recorrer mis versos y dejarme tu grata huella. Un abrazo.
Querida amiga Ingrid:
Saudades del amor que se fue al otro lado de la orilla, pero en tu alma sigue presente, no fue un adiós fue un hasta luego. ¡Volverán a encontrarse! No se donde ni cuando pero seguro que lo harán.
Con inmenso cariño te saluda con profundo afecto. Claudio
¡Cuánta razón tienes en tu bella respuesta, mi querido amigo Claudio! pues ese amor volvió ya...y no sólo vive dentro de mí, sino que me acompaña a donde sea que yo voy. Dios te bendiga y recibe mi abrazo siempre.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.