Así, como dos vástagos en un solo rubor
de sangre inmaculada bajo el jardín prohibido,
y que calla en su mismo verbo lo que ha vivido.
Así, voy sosteniendo mi lágrima y clamor.
La noche me intimida con su daga del mal,
y atraviesa mi piedra que siempre estuvo intacta.
Huyen y vienen dos bestias de muerte exacta.
Devorando mi espíritu con su hambre vesperal.
Estoy aquí, doliéndome desde mi propio ser,
cual santo que se duele detrás de alguna puerta,
y eleva su oración en su fragancia muerta.
Aún estoy aquí, mi mal voy a beber.
Derechos reservados de autor
David John Morales Arriola
- Autor: John Morales (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de mayo de 2018 a las 11:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Marc Tellez Gonzalez, María C.
Comentarios1
Vienes poco y tu arte es mucho para que lo guardes
Un saludo
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