La bendición de mi madre
Cada mañana, en la tarde,
y cada noche al partir
me acerco a ti a recibir
El habitual “Dios te guarde”
Salgo de allí haciendo alarde,
seguro que es esa unción
infalible protección
que al mal logra conjurar,
Nunca me habrá de faltar,
mi madre, tu bendición.
Cuando mis viajes emprendo
en ruta hacia algún destino,
al recorrer el camino
hago lo que de ti aprendo.
Lo hago así porque comprendo
el valor de tu lección.
Lo digo por convicción,
yo siempre te he de emular.
Nunca me habrá de faltar,
mi madre, tu bendición.
Cuando duermo, tu figura
en mis sueños aparece.
Mi ser todo se enternece
al ver tu sonrisa pura.
Despierto y aún perdura
en mi mente la visión
y canta mi corazón
de alegría al comprobar,
que nunca habrá de faltar,
mi madre, tu bendición.
Tu sillón está vacío
pero al pasar por su lado
creo escuchar, con agrado,
tu voz diciendo con brío,
“Dios te bendiga, hijo mío”.
Llega con gran emoción
cual melódica canción
que a mi alma hace arrullar.
Nunca me habrá de faltar,
mi madre, tu bendición.
Tu bendición, madre mía,
siempre la llevo conmigo.
De tu principio al abrigo
yo me guío noche y día
y jamás me alejaría.
Dios te asignó la misión
de su representación
para mi ruta alumbrar.
Nunca me habrá de faltar,
mi madre, tu bendición.
- Autor: Kfeprieto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de mayo de 2018 a las 10:19
- Categoría: Familia
- Lecturas: 293
- Usuarios favoritos de este poema: Shane Spielrein
Comentarios1
Muy hermoso poema, Kfeprieto....la bendición de tu madre por siempre te seguirá. Recibe mi saludo cordial.
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