Las lágrimas suelen venir desde algún punto
y se habitúan a llegar a sitios de consuelo.
Hay un período de ineludible sereno donde mojan
y arrastran las penas a puertos infinitos.
A veces basta ese trayecto para alcanzar quietudes
de impensada paz; otras vuelven a su origen y viajan
recurrentemente hasta cumplir el sueño.
Muestran siempre un alma viva, que no ha muerto,
y son en realidad una gracia perdurable
que de la bondad emana.
Las lágrimas vienen de adoloridos puntos
y llegan necesariamente a alturas de consuelo.
De mi libro “Del sentir que reverbera”. 2018 ISBN 978-987-763-458-7
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 20 de mayo de 2018 a las 17:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
Comentarios2
Lágrimas de tantos colores y formas que se hacen incontables.
Unas nos lavan el alma y otras nos regocijan el corazón.
Las que dibujaste hoy me gustaron.
DTB SIEMPRE
Mi gratitud, María Isabel!
Hay lágrimas que contienen lo que usurpa el tiempo cuando se sabe que los espacios van dejando huellas de inexplicable dolor...Y si el amor se cuela aún más!!!!
Se agradece lectura y comentario.
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