Dónde está la frontera
de entre tu Amor y el mío?
El mío dormita en tierra
tu Amor, allende los ríos.
El mío en una escalera
de caracol ha caído,
el tuyo, corre y lo encuentra
temeroso de haberlo perdido.
Tu Amor, luz que destella
el mío, un libro de bolsillo,
de vos, aire y hoguera,
el mío, eterno suspiro.
Eclipsa tu Amor las estrellas
y el mío es pequeño al sentirlo
pero...dónde está la frontera,
de entre tu Amor y el mío?
Estuvo marcada a fuerza
de rayas en el olvido
hoy se define sinuosa
entre tu eco y mi ruido.
Para mí, de Amor vanidosa,
para tí el cristal de Narciso.
Dónde se acaba la rosa,
y empieza el olor divino?
Su esencia candorosa,
dónde el fatal espino!
mas...dónde está la frontera,
de entre tu Amor y el mío?
El tuyo mi orilla riega
yo soy el sauce vencido,
que hace una reverencia
apoyando la rama en tu limo.
- Autor: M.G.Ratia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2018 a las 02:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Jorge Horacio Richino
Comentarios3
Encuentro mucho sentimiento en este bello poema!!
A veces nos hacemos preguntas porque se hace difícil encontrar la respuesta, pero es algo natural y nos sucede a todos!!
Esplendidas letras!!
Un inmenso abrazo, amigo!!!
Siempre agradecido amigo Horacio.
Un abrazo.
La frontera del amor puede ser tan delgada como un hilo que puede ser fácilmente cruzada en un abrazo, una mirada, una canción.
DTB SIEMPRE
DTB a tí también. Un abrazo.
A ver, Ratia, no digo yo que sea fácil, pero esa frontera que buscas debe andar por Cadiz o Málaga. Aprovecha un ‘finde’ y pregunta por los pueblos de la Frontera: Arcos, Castellar, Cortés, Jerez, Jimena, Vejer y Demás de la Frontera. Claro que tú, ya lo estoy viendo, prefieres lamentarte con arte y gracia en tus sentidos y hermosos versos, para que, conmovidos y subyugados por ellos, te ayudemos a buscarla. Yo te agradezco la gentileza de publicarlos y el disfrute de leerlos, pero ahora me pilla un poco lejos. A ver si en verano. Te deseo éxito en la búsqueda. Ya contarás.
Un abrazo, amigo Ratia.
Xabier
Jajajaja... me quedo con Conil... también es de la frontera, y allí, en verano, el amor riega las calles entre la una y las seis de la mañana. Todos son amores nuevos, aún huelen al embalaje que los preserva y ninguno envejece porque con el nuevo día, en unos alarido de placer se desvanecen como gotas de rocio al sol. A la noche siguiente, la amalgama de cenas ligeras, alcohol, y algo más, da a luz una nueva generación de amantes que se dispersan buscando nuevos rincones como las crias de tortuga buscan el mar para amarse con la vida. Conil, un pueblo nuevo cada noche que se pierde en los ojos de sus visitantes, radiantes de hormonas nuevas, vigorizado por el fuego de los espiritus de su muchedumbre. Allí la vida cobra sentido, en los detalles de los vestidos de las mujeres bellisimas ardientes de pasión, en los labios brillantes lacados de carmín, en las ropas interiores deseosas de evasió a manos de algún Eros que fagocite sus deseos colmandolas de placeres banales de solo un rato.
Allí donde el Amor se escribe con mayusculas, donde se hace verbo, donde el aire se mezcla con los aromas virgenes del deseo nocturno. Allí.
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