Abuela llama,
que no he contestado.
Que deje el vaso medio vacío en la barra porque no encontré funda.
Aún huele a teflón,a grasa y a aceite de oliva,
mientras mi hermano con su risa simplona,se jacta.
¡Hay no!
Servirle al tiempo sin sol,a la luna sin paz,que bella te veías;te verás.
Madre mía,sigue navegando,
de norte a sur,en tu eje,en tu órbita.
Esa eres tú,fuiste tú,reprochandome el piso.
Y yo avergonzado por la gente,que no valora,
que añora lo que no aflora en un campo de amapola.
- Autor: Rivaldo Viesca ( Offline)
- Publicado: 21 de mayo de 2018 a las 18:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Mónica Ledesma Villegas., Keyloger
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