Te lo dejé en la mesa,
al lado de la sal.
Pero no te interesa.
Lo bañe en oro,
en plata y cristal.
Es un tesoro.
Guardado en un baúl,
bajo el colchón.
Ortopédico y de sábanas
color azul.
Sobre el mantel,
y la luneta roja.
Sobre la piel.
Lo ofrecí a tu aroma,
a tu inocencia,
a tu persona.
Allá donde no hay nadie
pero están todos.
Di mi corazón al aire.
- Autor: Rivaldo Viesca ( Offline)
- Publicado: 22 de mayo de 2018 a las 19:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Amalia Lateano
Comentarios1
Son mis palabras sinceras
tal como lo dice el alma
que aunque el tiempo no permite
de la natura amarrada.
Canta tu canto a los cielos
no susurres en voz baja.
Aplaudo tus sentimientos:
Me emociona tu llegada..
Te felicito por tanta belleza
Amalia
Gracias por tus hermosas palabras desde lo más profundo del alma.
Bendiciones!!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.