Impetuosas, las rugientes olas
se acurrucan en la orilla del mar,
quedándose dormidas.
¿Por qué será?
Bullicioso, el recién nacido
se aquieta en los brazos de su mamá,
quedándose dormido.
¿Por qué será?
Ardiente, el amor que embarga
en los besos aquieta su ansiedad,
quedándose dormido.
¿Por qué será?
Cansada, el alma deseosa
en su Dios halla la paz,
reposando de la diaria vida.
¿Por qué será?
Una y simple es la respuesta
para cada caso particular:
Una fuerza poderosa, ha hallado,
por fin, su libertad.
2006
- Autor: minsandi ( Offline)
- Publicado: 27 de mayo de 2018 a las 00:50
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 26
Comentarios1
Es verdad, Minsandi....ya cansados, algún día nos iremos hacia la eterna paz de Dios...y nunca más habrán más lágrimas. Muy hermoso tu poema. Saludos.
Hola Ingrid,
El asunto es saber adónde podemos hallar la tranquilidad... Muchas gracias por el tiempo para leer este poema, meditar y comentar.
Saludos.
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