Los cuervos esperan su tajada pacientemente de los perdedores, mientras que los cuerdos siguen bebiendo del agua podrida de los floreros, tan caprichoso voy a pico seco con el vaso vacío, viendo apasionadamente tu forma de bailar, arrinconada en esa jaula liberada, loca desatada sin que te importe más nada.
Me acerco a tus sueños dando vueltas en tu cabeza, mientras suena un tango conocido, tarareamos juntos la letra y comenzamos a bailar, yo tan volcán derramando con intensidad toda su ira, en agonía, ella una isla olvidada en medio de este inmenso mar que recuerda con frialdad a un viejo naufrago quien le hizo daño ya hace muchos años.
En el triste bar nos cruzamos por casualidad, sin penas y sin glorias, dos ángeles de alas rotas que cayeron de los pecados marginales, buscando simplemente pretextos para sanar sus cicatrices, si pudiéramos desatarnos de los recuerdos vividos, seriamos un infierno, y así caigo en la noche de tus labios, en la madrugada de tus hermosos pechos y esas largas piernas entreabiertas, el desayuno de la mañana.
Leandro Conte..
- Autor: LeAnDro... (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de mayo de 2018 a las 22:34
- Comentario del autor sobre el poema: Si aun nos queda una razón brindemos, el sol nos iluminara mañana , la noche es nuestra hoy.
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas, taymil
Comentarios1
Leandro,
Esplendido tu escrito, tiene fuerza, potencia ternura y poesia, me encanto.-
Quien sabe, tal vez dos angeles caidos, puedan aunar su energia, para un nuevo renacer...un afectuoso saludo.-
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