Todo te lo perdono a ti, que eres incapaz
de perdonarte.
Parafraseando a Confucio.
Un grito de dolor inunda la noche.
Un grito de dolor que calla campanas.
Se te doblaron las manos, blandas de
desaliento, de desconfianza.
Un obús esférico se te aproximaba
para romperlas en mil pedazos.
Manoplas impotentes al rayo.
Tu alma de reciente muesca
increpa a sus alas sin viento.
Tierno cervatillo bañado en salivas
que desbordan pantanos de culpa.
Esta noche fuiste huérfano de sueño.
Tus ojos carámbanos quebrados
que sajan las entrañas.
No puedo solo darte mi sonrisa.
Bálsamo que aduermen lobos
hambrientos de intestino.
Saldrás de este infierno, lo sé.
Burlarás a Damocles si hundes tus
manos en argamasa.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de mayo de 2018 a las 16:00
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando la culpa se apodera de la voluntad.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 94
- Usuarios favoritos de este poema: Amalia Lateano, Ana Maria Germanas
Comentarios4
Me encantó...
Gracias por pasarte por mis letras.
Bienvenida y saluditos.
Fervoroso anhelo que refleja la pureza de su corazón.
Besos
Amalia
Gracias por tu eterna presencia. Te devuelvo tus besos en forma de los míos Amalia.
Cometen chambonadas arqueros como Higuitas, además es el papel más difícil.
Buenas letras
Qué jugador estará libre de acciones fallidas.
Aunque no vi este partido
Un abrazo poeta
Gracias Tokki por pasarte por aquí. Supongo que habrás visto el resumen, al menos. Te cambio tu abrazo por el mío.
Al fin, Albertin, alguien que sabe suponer.
Alberto, tu sensibilidad, ante lo acontecido, desbordo proclamando esa impotencia, y ese dolor del cual e hiciste eco, para desear suavizarlo.-
Tus letras, amigo mio, son el mar que me gusta atravesar.-,
Un abrazo grande...
Gracias por tu cariño. Un abrazo amiga Ana.
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