¡SORTEANDO TEMPESTADES!
Este carbón de mis penas, quiere mutarse en diamante,
pues lleva ya muchos años, entre la oscura caverna;
las altas temperaturas, le han dado virtud cortante:
¡Y pronto podrá brillar, con la luz de joya eterna!
Igual que todas las gemas, ha tenido mil procesos,
pasando por los estadios, a que el tiempo nos somete,
por lo cual consciente he sido, que llevo alquimia en los huesos.
¡Y no habrá razón alguna, que para triunfar me apriete!
Dejaré de ser, prometo, una piedra sólo en bruto,
sigo empeñado en la meta, sorteando tempestades.
Fundidos los materiales, allá en mis profundidades:
¡Han adquirido la forma, sin malograr ni un minuto!
Como el árbol que ha caído, han querido hacerme leña,
pero aún no existe el hacha, que me convierta en fogata,
seguro estoy que he nacido, signado por esta enseña:
¡Al hombre que no claudica, el universo lo acata!
De todas maneras siguen, burilándome las horas,
hasta adquirir orgulloso, el codiciado diseño.
Que con estilo y paciencia, sé muy bien que me decoras:
¡Vida, por haber confiado, poniendo intacto mi empeño!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino
- Autor: Condorandino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de junio de 2018 a las 20:05
- Comentario del autor sobre el poema: Este es otro de los primigenios, cuartetos hexadecasílabos. Los comparto porque muchos no los han leído. Condorandino
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 14
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto
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