Se estremecen las tierras
desoladas por el hombre.
Vuelan las aves de la calma
y la paciencia ciega.
Sorda y estúpida...
Se agitan los bosques:
sus hojas tibias,
sus troncos escritos, vividos
y más que leídos.
Se agrietan las heridas:
las sociales, las convencionales.
Todas y todos.
Juntos al unísono.
¡Es la voz del hombre que clama!
Las vísceras no hablan
solo gritan, escupen y callan.
Un grito largo, verdadero.
El infierno y sus lamentos.
Pero el hombre es de piedra,
de tierra y acero.
El sediento y el mar abierto
Incluso la lupa con ganas de secarlo...
Y el grito arrasa, despiadado,
la sutileza, la calma del firmamento
Pero la oreja es del hombre:
y el hombre es de piedra, tierra y acero...
- Autor: F-JAZC (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de junio de 2018 a las 00:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
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