Ya me declaro exánime
en la rosa desgastada
del recuerdo....
entre dardos deshojados
de amargura...
en el bosque amordazado
por el viento,
justifícame
en la inconsistente amapola
que me aturde...
en el éter
desgarrado y sin aristas,
de la gracia...
deslucida de su cuello.
(Y en las heterónimas
atalayas del ocaso,
la alondra desnudada
de su vuelo...
en la noche
apenas descuidada,
por la esencia invulnerable
de su abrazo).
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.