He de confesarte que rasgaste los pretéritos,
en la orilla del puente que nos separaba
y desde aquella vez, furtivo
vivo y muero en el lenguaje de tu atuendo.
Más allá de un suelo remoto,
intangible ceñido estoy, estás,
lo percibimos.
La sombra de tus cabellos
es la niebla que fumó el navío,
la creadora arena de la playa joven
frente a la luz crepuscular.
Tu íntimo indicio me prodigaste,
con una luna germinada,
pluvial como mi enunciado verso.
Subsistiremos indóciles cabezas nunca y siempre,
encontrándonos sobre el suelo escarpado,
con peligro y fascinación de alfombra roja;
con el gusto de la peripecia inolvidable.
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 7 de junio de 2018 a las 11:01
- Categoría: Amor
- Lecturas: 44
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