Ilusiones jóvenes, sueltas...tomadas

LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Ilusiones jóvenes, sueltas…tomadas

 

Sembrar los sueños, emprender los vuelos

juntar la harina, ponerle el agua

hacer el pan y repartirlo a todos…

brazos abiertos cobijando al otro

el que llega en noche oscura, a tientas,

es forastero

- él busca, busca sus senderos

en noche oscura…

 

Clama por luz, por cobijo, por luz clara

se  abren las puertas al que llega

buscando luces y caminos

cumpliendo sueños

también senderos, buscando los propios…

 

Cuántas estrellas tomadas y sueltas

en el mudo de las ilusiones jóvenes,

en el mundo de los pétalos de rosas,

en el mundo de las inquietas mariposas

buscando su propio néctar

- vuelos sin rumbo y rumbos improvisados

al final se llega…se madura

y se sigue soñando…infinito sueños.

 

Cuántas otras estrellas rescatadas

de las clases amistosas

aportadas por maestros,

maestros del alma y de la vida

que te aportaron gustosos parte de la suya,

para ayudar a descubrir

y construir lo que buscabas…?

 

Su mirada larga siempre llegaba a todos

sus alumnos y a su entorno

- llega a todos lados, sin ocultar rincones,

se aleja y se acorta, se achica y se agranda

se hace aguda y se ensancha,

se graba y no se olvida,

se hace tuya…

 

- se aprende mirando el mar moverse

repartiendo espuma y arenas

en playas lejanas.

 

- se aprende observando las hormigas

recorrer distancias infinitas

en busca del pan para el hormiguero lejos

 

- se aprende al contemplar los pájaros

volar por cielos abiertos

buscando el grano que alimentará su nido

sin que se pregunte porqué cielos volaron…

 

- se aprende siempre…siempre se aprende.

 

 

 

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  • Autor: Purenino (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de junio de 2018 a las 12:51
  • Comentario del autor sobre el poema: La vida es para caminarla sintiéndose siempre joven para aprender a vivirla.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 26
  • Usuarios favoritos de este poema: María C., Amaneceres Abruptos
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Comentarios +

Comentarios2

  • María C.

    Ya lo creo que aprendemos siempre, compañero del alma.
    Tú nos enseñas mucho, este poema es un buen ejemplo de ello.
    Un abrazo

  • Amaneceres Abruptos

    Bravo



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