Tras escucharte decir mi nombre con tanta ternura, comprendí, que todo lo vivido no hizo daño, me preparó para sentirte mejor;
me preparé para verte con aún más dulzura y alegría cuando con una sonrisa me esperas, y el aire es cálido.
Siento tus manos en las mías y es como si pudiera escuchar en lo hueco, el palpitar de mi corazón, y la agonía de mis creencias,
permitiendo viajar a mi alma, sin cadenas ni abismos.
- Autor: Mabel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de junio de 2018 a las 00:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 20
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.