Hilo sangre-luz

eledendo

 

 

 

 

... desde todas las Eneidas inspiradas, ya intuidas y orales, ya escritas,
desde las Odiseas todas y todas las Ilíadas posibles,
- desde Tula y el Sol, desde las Pléyades, las Siríacas y Arctúricas, desde las Perseidas y Oriónidas,
desde cada brizna cósmica de polvo con sus respectivas lejanías y aparentes olvidos,
venid, venid y ayudad, que no se exige demasiado,
pues no es preciso resucitar ni tampoco cruzar ni derribar la tos del mundo, no, no lo es,
sentid sólo la unión del cielo y de la tierra con el astro o mundo en el que estéis, buscadla,
y, luego, y sin más, recoged y guardad vuestra íntima emoción y sonreíd;
... porque por todas las claves: ya distancias, ya laberintos o edades, ya criptas o dimensiones,
corre el hilo-sangre-luz que nos ayuda y hace brillar,
el que es humano y divino,
el que busca y nombra,
el que vence la fiebre,
el que acaricia y sana,
el que calma el dolor;
...  pega, pega y silba un viento fuerte contra chopos y álamos del río en este instante,
y el Efecto Mariposa y el Efecto Doppler de quienes me han oído,
ya han llegado y están aquí:
arde el agua,
la noche es ágata profunda, destellando fuegos, lirios, adelfas y amarantos,
y no muy lejos, al igual que en mi pecho - con su manto azul y verde - fulge y canta el mar;
...  mi innato intuye, sabe, que en la senda soy y estoy  y que en ella río, lloro y me fatigo,
y que asimismo me detengo y oteo, que observo,
y que también, también me asalta un llanto en busca de calor, de estímulo y amparo;
... y es que ya ven y sépanlo:
nadie es nada ni nadie está solo ni marcha y sufre solo, nadie, definitiva y absolutamente nadie.
 
http://www.oriondepanthoseas.con

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