En el borde del amor,
se ha quedado la conciencia.
Quiere entrar al interior,
para darle consistencia.
Empaparse de su olor.
Para bañarse en su esencia,
colmando su condición.
Los vapores del rencor,
envuelven la fortaleza.
En la profunda pereza,
del que se cree mejor.
Se construye la certeza.
Que se convierte en dolor,
cuando el respeto se aleja.
Generoso debe ser,
el amor cuando se entrega.
Nace la complicidad,
cuando la vida se eleva,
al valor de humanidad.
Aferrada a la ilusión.
Aumenta la dimensión,
del humano que renace,
del rescoldo que quedó.
Dando sin pedir a cambio,
ninguna satisfacción.
En las aguas turbulentas,
de la fragosa existencia.
Adormecida en el fondo,
de la frondosa espesura.
Vive expectante la musa,
adornada de hermosura.
En sus ojos la ternura.
Que mirando al interior.
Busca el sueño del amor.
Lo bello de la criatura.
Despierta del sueño un día.
Y abrazando el corazón.
Besando cada rincón.
Viaja inundando de amor,
la mente de quien la guía.
Un torrente se desata,
de las entrañas profundas.
Aunque a veces nos confunda.
Es el amor la pasión,
que la vida nos regala.
Para aguantar el dolor.
Senderos en el espacio.
Que en el cosmos se fulminan.
Cuando la vida claudica,
de su propia condición.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2
- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de junio de 2018 a las 06:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
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