A EXTREMADURA ¡MAR DE COLORES! (CORONA DE SONETOS)

jarablanca

 

Buen día, amig@s. Aquí os dejo una corona de sonetos, dedicada a mi tierra. Es la primera que escribo, - y creo que la última, jejeje- así que ser benévolos conmigo, eh!!! Pero como siempre, admito críticas correcciones y todo lo que tengáis a bien, decirme.
La corona de sonetos se compone de 15 sonetos, recibiendo el último el nombre de “madre”.El último verso del primer soneto es el primero del segundo, el último del segundo es el primero del tercero, y así sucesivamente.El primer verso del primer soneto concluye siendo el último del decimocuarto soneto.El decimoquinto soneto (soneto madre) se compone del primer verso de cada uno de los catorce sonetos precedentes.

A EXTREMADURA ¡MAR DE COLORES!

(CORONA DE SONETOS)

SONETO (1)

Mi tierra tiene aromas de tomillos
y campos de belleza exuberante,
es como un fino encaje de bolillos
trenzado con la luz de un sol radiante.

Sorprende a cada paso que la vida
en todo su esplendor se manifiesta,
es que en su corazón por siempre anida
la generosidad como respuesta.

Acoge las semillas de las flores.
En darle su calor es la primera.
Creando bellos ríos de colores
cuando abraza feliz la primavera.

Se adornan los espejos de mi cara
de flores de retama y blanca Jara.

SONETO (2)

De flores de retama y blanca jara
se visten los colores del recuerdo.
La vida va adelante y no se para,
mas, cuando miro atrás siempre me acuerdo...

De la niña que fui, jugando a solas
en medio del jardín de la dehesa,
tejiendo una corona de amapolas
para después soñar, ser su princesa.

Ante la inmensidad del campo abierto
mi mente de chiquilla soñadora,
creando realidad de lo no cierto
se sintió de las nubes conductora.

Alumbro mis recuerdos con los brillos
de risas y de juegos de chiquillos.

SONETO (3)

De risas y de juegos de chiquillos,
de meriendas con pan y chocolate,
se forma en mi recuerdo los anillos
que enlazan la ternura y disparate.

Conmueve la inocencia de esos años,
las almas, que, abriéndose a la vida,
no saben de maldades ni de engaños
y después, la inocencia, ¿nos olvida?

Yo no quiero olvidarme de mi infancia...
de mi infancia feliz y adolescencia,
porque de aquel color y su fragancia
se nutren mis valores y mi esencia.

¡Qué feliz la adultez si se inundara
de arroyos en corrientes de agua clara!

SONETO (4)

De arroyos en corrientes de agua clara,
bebían mis anhelos más risueños.
Día a día buscando que se aunara
la dureza de vida con los sueños.

Nadando por mi mar de fantasía
soñaba navegar en un velero,
a todos los piratas los vencía
pues, era yo, ¡más dura que el acero!

Mas... también fui romántica princesa,
por castillo, la copa de una encina.
Y decían de mí, que era traviesa,
en eso siempre fui ¡canela fina!

Aprendí a ser feliz jugando a solas.
¡Mi tierra es pura sangre de amapolas!

SONETO (5)

Mi tierra es pura sangre de amapolas
mezclada con la miel de sus trigales.
Es como antiguas danzas de carolas
que bailan con el viento sus jarales.

Nací sobre la piel de la Serena,
crecí con el arrullo de sus sones,
eterna melodía: dicha y pena,
latiendo en los más puros corazones.

Vestido con su mágico arrebol,
el día se diluye lentamente
jugando al escondite con el sol.
La vida en la dehesa es diferente...

Es inmensa la fuerza que ella expresa
regando en primavera la dehesa.

SONETO (6)

Regando en primavera la dehesa
la lluvia besa el suelo estremecida,
deshecha en el amor que le profesa.
¡Es un canto, de puro amor y vida!

En la frondosa rama de una encina
la tórtola incubando está en su nido,
mi mirada de niña ya adivina
que pronto he de sentir otro latido.

Me llena de emoción el recordarlo...
Lo vivo tan real y tan presente
que siento que jamás he de olvidarlo.
¡Aquí, grabado está, en mi alma y mente!

Navego sobre espumas de corolas
en su mar de colores y en sus olas.

SONETO (7)

En su mar de colores y en sus olas,
navego por mi mundo imaginario
escucho su rumor de caracolas...
¡Huyendo de mi espada va un corsario!

Mirando el cielo azul de mi añoranza
atrapo ese recuerdo que se esfuma,
alcanzo a ver mi madre en lontananza
y siento como el aire se perfuma.

Sudando está mi padre en el barbecho,
él siembra la semilla de cebada.
Siento que la emoción late en mi pecho
al evocar su imagen tan amada.

Recordar a mi tierra me embelesa,
mi alma de extremeña queda presa.

SONETO (8)

Mi alma de extremeña queda presa,
prendada de las luces de su cielo
vestido con un manto de princesa;
estrellas sobre negro terciopelo.

Y recuerdo sonriendo a mis hermanas
trayendo entre sus brazos un cordero,
sus cálidas sonrisas, tan ufanas,
derriten las escarchas de febrero.

La vida en la dehesa es palpitante
y todo su poder se manifiesta
en la grandiosidad de un solo instante.
Mi tierra por la vida siempre apuesta.

Es en su renacer, hora tras hora,
crisol donde la vida se atesora.

SONETO (9)

Crisol donde la vida se atesora
y emergen los más nobles sentimientos.
En ellos la natura colabora;
esparce las semillas con sus vientos.

No puede ningún alma ser negrura
si cada día, contempla su mirada,
la belleza sin par de Extremadura;
de la que siempre vivo enamorada.

La quiero porque nutre mis raíces
con la más dulce savia de su entraña,
borrando de mi alma cicatrices
y todas mis heridas las restaña.

Ella me va llevando de su mano
mezclando lo divino con lo humano.

SONETO (10)

Mezclando lo divino con lo humano,
las tierras de labor de la dehesa
se funden en su campo soberano
bajo su bello cielo de turquesa.

Brillantes los trigales como el oro
anuncian que ya es tiempo de cosecha.
El fruto de la tierra es un tesoro.
Su larga travesía ya está hecha.

Bajo un sol de justicia que achicharra
están los segadores en el tajo.
Mientras oyen cantar a la cigarra
riegan con sus sudores su trabajo.

Por eso la mañana canta y llora.
¡Inmensa la belleza de su aurora!

SONETO (11)

Inmensa la belleza de su aurora,
que ilumina mi pueblo: Zalamea.
Mi corazón de nuevo rememora
y el viento de añoranza lo cimbrea.

Y lo llevo grabado en mi memoria
con ternura, lo mimo como a un niño.
Recuerdo cada día nuestra historia
escrita con la tinta del cariño.

Un recuerdo se escapa y me da pena,
parece que se marcha, pero... vuelve
mostrándome una noche de verbena
y, siento la nostalgia que me envuelve.

Mi madre me despierta muy temprano,
trayendo al nuevo día de la mano.

SONETO (12)

Trayendo al nuevo día de la mano
mi pueblo se levanta, ¡huele a feria!
Montado en una mula va un gitano.
Mañana de rodeo, ¡cosa seria!

En la calle La Feria abarrotada,
puestos de caramelos y turrones,
el dinero me dura apenas nada...
se esfuma alimentando corazones.

¡Qué dicha, qué ilusión y qué alegría!
Mi pueblo de colores viste el cielo
creando con sus luces fantasía,
rompiendo de la noche el negro velo.

Siento que me palpita el lado izquierdo
mecida en el amor de su recuerdo.

SONETO (13)

Mecida en el amor de su recuerdo
se vuelve a la dehesa mi mirada,
siento mi corazón que no está cuerdo,
¿su forma de latir? ¡desenfrenada!

Noto que mis raíces nutren todo:
Mi forma de sentir, mi pensamiento...
Porque son mis recuerdos; sobre todo,
manantiales de puro sentimiento.

Y, crecen mis raíces en mi tierra
buscando ese sentido de la vida,
que dentro de su ser, la vida encierra.
Adoro su grandeza sin medida.

Y tras firmar de amor, un mutuo acuerdo,
siempre logro encontrarme si me pierdo.

SONETO (14)

Siempre logro encontrarme si me pierdo
volviendo al ancho mar de la dehesa.
Ese mar de colores que recuerdo
y del que mi mirada sigue presa.

Porque ella es de la vida puro espejo,
una fuente de paz, que fulgurante,
de la luz de su sol es fiel reflejo,
con la pureza viva de un diamante.

Amante del presente y del futuro,
nunca cierro la puerta del pasado
ni separo vivencias con un muro.
Mi tierra es para mí, lugar sagrado.

El sol viste los campos de amarillos.
¡Mi tierra tiene aromas de tomillos!

SONETO MADRE

Mi tierra tiene aromas de tomillos,
de flores de retama y blanca jara,
de risas y de juegos de chiquillos,
de arroyos en corrientes de agua clara.

Mi tierra es pura sangre de amapolas
regando en primavera la dehesa.
En su mar de colores y en sus olas,
mi alma de extremeña queda presa.

Crisol donde la vida se atesora
mezclando lo divino con lo humano.
Inmensa la belleza de su aurora
trayendo al nuevo día de la mano.

Mecida en el amor de su recuerdo
siempre logro encontrarme si me pierdo.

 

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Comentarios +

Comentarios4

  • AMADÍS

    Maravillosa corona de sonetos donde dejas constancia del amor a la patria chica. La hermosa Extremadura. Besos

    • jarablanca

      Muchas gracias. Celebro que te guste. Un abrazo.

    • Gerardo Barbera

      Poemas muy bien logrado

      • jarablanca

        Muchas gracias.

      • FABIO BOHORQUEZ RODRIGUEZ

        Jara:

        Hermosos sonetos.

        Me encantaron.

        Un fuerte abrazo de osito.

        • jarablanca

          Muchas gracias, Fabio.
          Aprovecho para despedirme de ti...
          Fuerte abrazo, amigo.

          • FABIO BOHORQUEZ RODRIGUEZ

            Jara:

            Para donde te vas?

            • jarablanca

              Me alejo un tiempito. Me falta tiempo para todo.
              Pero volveré!!!

            • gonzaleja

              Amiga del alma , te dije y sostengo que lo tuyo no es de este mundo, no es normal hacer un obrón de esta categoría, y más aún, como bien sé, en el tiempo que lo hiciste. Son palabras mayores hacer una corona de sonetos, aunque a ti hay muchas cosas que se te quedan chiquititas, una de ellas esta obra. Redonda y limpia por los cuatro costados, destilando Extremadura y amor por ella por todos los poros. Mi felicitación, mi aplauso y mi enhorabuena, amiga. Fuerte abrazo



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