¡El hombre del saco!...
decían las voces,
de padres y madres,
de gentes mayores,
y el niño buscaba
su lecho de noche,
y un sueño, que esquivo,
contaba las doce
y así las campanas
de aquellos relojes
sonaban profundas
dejando sus sones,
y el niño, entretanto,
sentía, de golpe,
que el sueño llegaba
sin miel y sin flores...
¡Qué cuentos se oían,
qué trolas enormes!,
de aquellos instantes
de infancia y canciones,
momentos pasados
de ricos y pobres
viviendo las horas
con mil confusiones,
los hombres al campo,
los niños al cole
y adentro, en la casa,
las duras labores,
la madre que friega,
que lava y que cose,
que guisa el cocido
que luego se come...
¡Qué tiempos aquellos!
viví sin pasones,
sin celos ni envidias
buscando mi norte,
y es hoy cuando veo
un viejo horizonte,
y el hombre del saco
viniendo tan torpe
buscando a los niños
causando dolores,
y miedos eternos
en mil corazones
rompiendo sus almas
hundiendo sus torres,
y haciendo que surja,
genial, don Quijote...
"...¡El hombre del saco!...
decían las voces,
de padres y madres,
de gentes mayores,
y entonces los niños
crearon los robles
los gnomos y hadas
surgiendo del bosque..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/06/18
Comentarios2
Un poema referente al susto de los menores tiene una suavidad cantarina.
Saludos cordiales.
Gracias Gaston Campano.
Saludo.
Como olvidar esos años...sus versos me han hecho viajar en el tiempo...
Me encantó !
Gracias Syol4266
Un saludo.
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