la tarde de ayer se vaciaba en hemorragias luminosas, de su vena profana fluia algún aire con intención de desnudar en delgados filamentos el atuendo naranja.
Con delicada caída dejo sus ropas de agua gris, y la tierra ensancho su cabidad que con ansias aguardaba para cubrise de ellas.
Hoy donde el colapso de la noche añadiría su ceguera temporal, hay una tenue voz de movimientos armónicos para los ciegos despiertos.
Y aunque el paseo pobre de noche ha borrado letra por letra el verso perdido, casi como una copla breve sigue la lluvia recitando.
Comentarios1
Muchas gracias por la petición amistad.
Sigue siendo intenso el versar, y me gusta mucho entrar a leer esta intensidad.
SALUDOS.
Gracias por entrar y leer, es grato que le guste
Señor poeta quedé encantada, repetiré.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.