Un cuervo del invierno.
Me doy cuenta que mía es la piel que se rasga, se puede escuchar cómo se corta y se separa cada fibra.
Debajo me brotan plumas, alas de cuervo, pero en la punta contrasta con el negro, unas pálidas manchas como copos de nieve.
Ya casi no soy pero se enciende en mi centro la necesidad de fuego, el deseo de adherirme al viento.
En una parvada de uno el cuervo vuela con sus sombras en las alas atadas, viaja de noche para que nadie más las vea porque en la oscuridad viven y sólo entre ellas el cuervo vive.
Ya como cuervo quisiera quedarme para sortear los inviernos en este jardín tan raro y muerto.
- Autor: Pepe Golpe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de junio de 2018 a las 00:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
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