Me abraza la oscuridad
y me consuela el silencio,
del cansancio de la vida
y la ausencia de los besos,
y aunque sigo en esta lucha,
malherido y persiguiendo,
no renuncio a la esperanza
de lograr un día el premio
en el brillo de tus ojos
y ese cáliz placentero
con el néctar que me invada
y que calme mis anhelos,
y es que busco entre las sombras
la caricia de los ciegos,
en el roce de la brisa
que me saque de este tedio...
No busco la soledad,
aunque muy cerca la siento,
ni el silencio me estimula
en este otoño bohemio,
y es que cruzar las palabras
para rimarlas en versos
es navegar por un bosque
sin capitán y sin ciervos,
porque la luz de la vida
tiembla al compás de los vientos
y se estremecen las almas
cuando presienten los miedos,
nunca asociemos cansancio
ni soledad al lamento
aunque derramen sus lágrimas
unos poetas sedientos...
"...Me abraza la soledad
en este largo sepelio,
dice un poeta sin nombre
en un instante frenético,
pero el silencio que dice
es ese miedo que, escénico,
sale y aflora a sus letras,
cuando susurra: "te quiero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/06/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 13 de junio de 2018 a las 14:00
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Alma atormentada, Fabio Robles, Texi
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