Apoyo mi pie en la rama,
mientras que con mis brazos me impulso,
hasta llegar a la copa.
Entre hojas otoñales observo.
La vida parece sencilla,
y los obstáculos pequeños.
Libertad,
tranquilidad,
aire puro que llena mis pulmones.
La rama cede bajo el peso de mi cuerpo y comienzo a caer.
Querida pasividad,
¿por qué me has traicionado?
Las ramas rasguñan mi cuerpo,
y las hojas obstaculizan mi visión.
Todo se vuelve oscuro.
Garras negras intentan detener mi caída,
torturando, arrancando pedazos de piel,
doblando mis extremidades.
Y risas macabras resuenan,
mientras estas duras manos recorren todo mi cuerpo,
lastimando con cada toque.
Mi ropaje está sucio y roto;
me encuentro casi desnuda
frente a estas garras.
Y me desmembran.
me flagelan,
me asesinan.
Y grito,
lloro,
suplico.
Y caigo,
caigo,
caigo.
-
Autor:
Marcela Miranda Rodríguez (
Offline) - Publicado: 14 de junio de 2018 a las 21:56
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas, Sami Härkönen, Wellington Rigortmortiz
Offline)
Comentarios3
Que grafico, mi querida Marcela !!, que gran habilidad posees !!, un relato con un realismo conmovedor ....
Te voy a pedir algo...., deseo saber, si con tu forma tan impresionante de escribir, puedes llegar a conmoverme de la misma manera, tocando el tema de la felicidad en el amor....., podras ??, te invito, sera un poema tuyo, que yo voy a estar esperando,mi dulce amiga.-
Te dejo todo mi cariño.-
Hoy subiré un poema de amistad, espero que se emocione tanto como con mis poemas "tristes". Lo subí hoy por usted.
Le mando un abrazo enorme, gracias por siempre estar presente.
Que grafico, mi querida Marcela !!, que gran habilidad posees !!, un relato con un realismo conmovedor ....
Te voy a pedir algo...., deseo saber, si con tu forma tan impresionante de escribir, puedes llegar a conmoverme de la misma manera, tocando el tema de la felicidad en el amor....., podras ??, te invito, sera un poema tuyo, que yo voy a estar esperando,mi dulce amiga.-
Te dejo todo mi cariño.-
mientras leía también lo vivía
un buen poema.
Muchas gracias, Stefania.
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