Se, que la flor que te entregué, terminó
arrugada en tus manos, mientras yo,
permenecía anclado en el recuerdo.
En la lluvia de mi llanto, sigue cantando
el pájaro de tu beso, pero el dolor, crece
en el diurno río de mi sangre...
Se, que la flor que te entregué, terminó
arrugada en tus manos, mientras yo,
permenecía anclado en el recuerdo.
En la lluvia de mi llanto, sigue cantando
el pájaro de tu beso, pero el dolor, crece
en el diurno río de mi sangre...
Comentarios1
Bello poema
Un abrazo poeta
Gracias Tokki
Un saludo
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