Ninguna
La oportuna caída de una manzana
(como dice la leyenda popular),
agregada al ingenio solitario
del hirsuto y probado neurasténico,
ayudó a comprender más fácilmente
las enormes ventajas que presenta
la ley de gravitación universal.
Después de un nacimiento prematuro
y una infancia de pocas alegrías,
comenzó a descollar en matemáticas,
auspiciado por el otro Isaac.
El actuar como científico eminente
no impidió su creencia decidida
en algunos aspectos subjetivos,
buscando por medio de la alquimia
la piedra filosofal.
También aseguró que el ancho mundo
había sido creado
en el 4004 antes de Cristo,
a las 10 de la mañana,
y en octubre para más exactitud.
Tuvo la suerte de ser reconocido
por la Sociedad Real de Londres
y nombrado a la vez parlamentario.
Ascendido a la nobleza finalmente,
continuó desarrollando su trabajo
hasta morir en edad muy avanzada
maquillado de honores y de venias.
- Autor: 000 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de junio de 2018 a las 10:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
Comentarios1
Enhorabuena por la serie de poemas sobre célebres personajes, que nos acercas con amenidad y brillantez.
Saludos
Gracias por tus palabras, apreciado amigo. Todavía faltan bastantes.
Recibe un cordial saludo.
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