Alma ingenua deambulante,
susurradora y penumbrosa ,
Carente de alegrías,
huérfana de pasiones.
Me despojo de tí alma mía,
porque soy cadáver sin ilusiones,
congelas la vida misma,
petrificando mis emociones.
No puedo seguir en la agonía,
de buscar amor en los rincones,
solo el llanto me cobija,
solo la soledad es quien me oye.
Alma mía, triste y marchita,
Despréndete de mis carnes,
abandona mis huesos,
Tritura de una vez mis entrañas.
No atormentes más mi vida,
No me condenes te lo ruego.
Quiero un alma tibia y viva,
Quiero sentir el amor en mi pecho,
Quiero amar sin medidas
Quiero ser amado sin recelos.
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