La luna calleándose entre los sueños
La montaña que grita al borde de la locura
El roble quebrado sus ramas en el verde pasto se oscurecían con cada día
Sus ojos latían su cazaron brillaba
Ella, ella estaba cortada profundamente, cortada (llegándole) hasta el alma , la carne tirada, una plegaria.
Los escalones rodaban, el mármol desgastado, sobreviven los pies descalzos
Los sentimientos que se encuentran no conocen del pasado
Los fragmentos se fueron desprendiendo uno a uno de nuestra piel de los recuerdos...
Estallaba cada palabra, árboles solitarios en el invierno un manto blanco cubría la tierra, el viento seco y despiadado congelaba los pasos
Así la oscura noche , así el corto día en un invierno que nos consumía, así la belleza, así la nobleza.
Poco a poco la intención se volvió común los destellos apadrinados de la santa palabra buscamos refugio en Dios, consolación divina.
Las almas jugueteaban entre el dolor y lo feliz
Su mano en mi pecho fue guiada con su mirada la flecha se doblaba.
Destino, camino.
- Autor: Nader Sinnugrot ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2018 a las 07:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Amaneceres Abruptos
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