Recorro un pasillo vacío,
oscuro, frío,
lleno de sueños perdidos
y memorias solitarias.
Recorro un pasillo vacío,
en donde puedo ver el final,
sin embargo, siempre parece tan lejano.
Recorro un pasillo vacío,
y mis pasos comienzan a aumentar su velocidad.
Corro de mis miedos,
tratando de dejarlos atrás.
Corro por un pasillo vacío,
oscuro, frío,
con el sudor helado en mi espalda
y las manos temblando.
Corro por un pasillo vacío,
en donde mis miedos,
aparecen detrás de cada puerta que parece la salida.
Corro por un pasillo vacío,
y mi respiración agitada me juega una mala pasada,
mientras que risas y voces llaman mi nombre.
Me llaman a mí.
¡Todo se detiene! Incluyéndome.
No más sueños perdidos,
no más memorias solitarias,
no más miedos ni voces.
Y, de pronto, sé en dónde me encuentro,
en el pasillo oscuro de mi mente,
en ese pasillo que he mantenido cerrado por años,
en el pasillo de los sueños rotos.
- Autor: Marcela Miranda Rodríguez ( Offline)
- Publicado: 16 de junio de 2018 a las 20:36
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Sami Härkönen, Wellington Rigortmortiz
Comentarios4
Buen poema
Saludos
Te felicito, un abrazo poeta
Que buena eres Marcela.
Es bueno perderse y encontrarse.
Son enseñanzas de vida.
Yo creo que los miedos jamas se superan escapando sino atravesándolos.
Y como tu lo dices, solo existen en nuestra mente.
En la vida es necesario recorrer pasillos vacios para saber luego elegir senderos de flores.
niña que genial
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