Esta mañana
me levanto con ganas
de librarme del fardo de maldad
nietzscheana:
voy a quitarme capas
de generosidad.
He decidido ser buena,
conmigo y con los demás,
y no tan complaciente,
tan convincente,
tan adorable
(tan deleznable)
tan aburrida
y tan diligente.
Tan indolente.
Buena.
Por si vale la pena.
Por si no era tan sana
esa bondad cercana
a la vanidad
- Autor: TRINIDAD PINAZO ( Offline)
- Publicado: 17 de junio de 2018 a las 10:56
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 22
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