Llenan los sueños la vida.
Los vapores del amor,
envuelven las desventuras.
Reforzando las costuras,
de las grietas del dolor.
En la fuente abandonada,
de los anhelos perdidos.
Van bebiendo los recuerdos,
a sorbos en el olvido.
Se alimentan de las ganas.
Del ansia de ser vividos.
Transitando como beodos,
en los etéreos caminos.
Adornando el corazón,
con ilusiones de seda.
Vistiendo de eternidad,
los abrazos que consuelan.
Las joyas de la ilusión,
van colgando de la vida.
Dando al suspiro el olor,
de las bellas siemprevivas.
Deambula la sinrazón,
por recónditos rincones.
Va robando corazones,
como un mísero ladrón.
En sus fétidos vapores,
flota el dolor y la pena.
Atando con un cordón,
la libertad que se crea.
Doble rasero al medir,
la belleza que consuela.
A los labios llega el beso.
Como un salvaje ciclón.
Como el roce de una pluma.
O la mágica emoción,
de una entrega sin fisuras.
Vuelven los labios sedientos,
al oasis del deseo.
Buceando en sus entrañas,
buscando calmar su anhelo.
Rojo se torna lo blanco.
Y lo negro se diluye.
Cuando fluye el manantial,
del cariño más profundo.
Dando a lo neutro color.
En el brillo de los ojos,
se refleja todo el mundo,
que respira en su interior.
Efluvios que son suspiros,
que alientan el corazón.
Voces internas que llaman,
a los duendes del amor.
A. L.
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- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de junio de 2018 a las 05:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Janette Romero, Texi
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