Descubro
la piel cansada
de mis manos,
gastadas de esperar,
de afanarse
en el tejido
y el bordado.
Ajadas
como esas hojas
olvidadas
de otoño;
mis manos
frecuentaron
la tierra madre,
el sagrado huerto;
y acariciando pétalos,
dieron de beber
a los árboles solitarios.
Plantaron crisantemos
y lozanas margaritas,
y se fueron gastando
en hornear panes
y tortas
con aroma a vainilla;
y en las tardes
de ilusión
crearon bufandas
y vestidos con blondas
exquisitas.
Hoy observé mis manos
y ahondé
en las grietas
que les dejaron los años.
Mis manos
hicieron trenzas
con cintas de amor
y secaron lágrimas
de infantiles rostros
amados.
Mis manos
envejecieron
unidas
a mis plegarias,
y de ellas
nacieron cantos
de lluvia,
de silencio y llanto;
y alguna tarde
estarán ya quietas
y en la sombra,
mis marchitas manos.
Ingrid Zetterberg
De mi poemario
"Ciento cincuenta poemas del alma"
Derechos reservados
Safe Creative Cta. Nro.1006080193112
- Autor: Ingrid Zetterberg B. ( Offline)
- Publicado: 21 de junio de 2018 a las 02:39
- Categoría: Triste
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: María C., Ma. Gloria Carreón Zapata., Jorge Horacio Richino, Hugo Emilio Ocanto, Victor Ma. De San Lorenzo
Comentarios4
¡Benditas manos! Lamentablemente nunca son valoradas ni por nosotras mismas al igual que nuestros pies que nos llevan de aquí a allá. Excelente y reflexiva obra poética querida amiga un deleite la lectura. Mis felicitaciones, un cálido abrazo desde México.
Gracias querida Ma. Gloria por asomarte a mis versos y dejarme tan hermosa y sincera respuesta. Recibe mi abrazo con mi cariño.
Hermoso tu poema, querida Ingrid!!
Las manos tienen la huella del tiempo y las circunstancias por las que han tenido que atravesar!! Todos los que tenemos algunos cuantos años nos sorprendemos y hasta nos lamentamos por los cambios que se producen en nuestro cuerpo, pero es una impronta que nos deja, al menos, la señal de que con ese cuerpo hemos hecho cosas maravillosas y si Dios lo permite, las seguiremos haciendo por un tiempo más y con la experiencia que los más jóvenes aún no han adquirido!!
Espléndidas letras, amiga!!
Felicitaciones y un gran abrazo!!!
Gracias querido amigo Jorge por estar presente entre mis versos y dejarme tan sabia y bella respuesta. Un abrazo grande.
....Mis manos
hicieron trenzas
con cintas de amor
y secaron lágrimas
de infantiles rostros
amados......las manos a veces la extensión del corazón.
Saludos
David
Gracias David....si, así debe ser, tal como dices....son la extensión del corazón. Un saludo fraternal.
… "Ajadas como esas hojas olvidadas de otoño..."
Pero cuánto han elaborado, trabajado.
Bello e intenso poema nos presentas, Ingrid.
Gracias por compartir sentimientos...
Un abrazo.
Gracias Hugo Emilio por visitar mis versos y dejarme tan hermoso comentario. Un abrazo.
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