Hace tan poco y mucho tiempo, sólo existía. Miraba, pero no observaba; pensaba y, no entendía; sabía, aunque no conocía; subsistía y, aún así, no vivía.
Entonces me golpeó sin piedad la totalidad de tu ser con tu sonrisa. ¡Tú y tu maldita y hermosa sonrisa! .
Mis pulmones ya no querían aire, necesitaban tu aliento. Mis oídos querían escuchar tus suspiros y no los míos. Mi cuerpo, ¡oh, mi cuerpo! Él ya no quería dejar de temblar, anhelaba el roce del tuyo y, así, estallar. Mi existencia no quería sólo existir, quería vivir. ¡Vivir en tu vida!, aunque no vivieras en la mía.
Pero... ¡de repente! ¡el tiempo se hacía más corto!, llego un minuto, el más efímero y, sentí el reclamo del reloj diciendo con helado susurro en mi cuello, ”¿es suficiente para tanto tiempo perdido?"
Pensé lo que tu sola existencia le había hecho a la mía, le grité sonriendo "es suficiente"; mis lágrimas y mi sonrisa se congelaron justo cuando el segundero terminaba su último recorrido.
- Autor: Coria Javier15 ( Offline)
- Publicado: 21 de junio de 2018 a las 22:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
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